Pazo de Oca: el «Versalles» gallego

Pazo de Oca  Aunque la comparación efectuada en el título de esta entrada pudiera resultar distante, hace una referencia acertada a la importancia de este pazo, el mejor conservado de todos los pazos gallegos.  Las primeras referencias históricas de este majestuoso lugar se remontan al siglo XV, cuando los Señores de Oca, Álvaro y su hijo Suero, tomaron partido en las luchas por la sucesión de la Corona de Castilla.

  Es ya en 1978 cuando la actual duquesa de Medinaceli, quien ostenta el largo nombre de Victoria Eugenia Fernández de Córdoba y Fernández de Henestrosa, incluyó este pazo en la Fundación Casa Ducal de Medinaceli, creada con el fin de estudiar, conservar y difundir el patrimonio histórico-artístico vinculado a la Casa.

   Avenida de Los Tilos del Pazo de Oca

  En esta obra maestra, no solo de la arquitectura, sino también de la jardinería, confluyen en armonía el agua, la piedra y la vegetación. Cada uno de los espacios de este imponente conjunto da muestras de la grandeza del mismo.  Así, tenemos los maravillosos estanques, los jardines en los que se dibujan las cruces de las Órdenes de Malta, de Santiago y de Calatrava, la magistral conducción del agua a través de sus fuentes, la perfecta convivencia entre los ejemplares botánicos tradicionales y las plantaciones comerciales como kiwis o manzanos y la bucólica y nostálgica Avenida de los Tilos.

Vista general del Pazo de OcaEl Pazo de Oca puede ser visitado en una pequeña escapada desde Santiago, pues se sitúa a escasos 30 kilómetros.  Solo se permite el acceso libre a la zona de los exteriores y su horario de visitas es de 9:00h a 18:30h de noviembre a marzo y hasta las 21:00h el resto de los meses del año. Aunque la entrada cuesta 4 euros por persona, si la visita se realiza los lunes, ésta es totalmente gratuita.

Fervenza do ToxaSi tras esta excelente visita queremos finalizar el día en un imponente entorno natural, tras unos veinte minutos al volante alcanzaremos un lugar de increíble belleza: Fervenza do Toxa.  Esta creación de la naturaleza se nos aparece ante nuestros ojos entre un espeso bosque de castaños, alcornoques y diversas especies más, y la visión de su grandeza se nos hace más perceptible desde los pies del salto de agua, cuya caída alrededor de los 30 metros la convierte en la “fervenza” (en español significa “cascada”) de las de mayor altura en nuestro país.  Aunque también podemos disfrutar de las vistas que nos ofrece la parte superior del salto, una zona de descanso formada por unos bancos y mesas de madera que se encuentra junto al lugar de la caída del agua hace más fascinante la contemplación.  Si eres de los que prefiere el movimiento a la contemplación, junto a esta zona de descanso parte una pequeña ruta senderista que, tras un poco más de dos horas de camino, llega hasta el  Monasterio benedictino de Carboeiro, de estilo románico, que se halla a orillas del río Deza, cuyo origen como ermita data del siglo X.

   Y esto solo es un aperitivo de las maravillas que nos ofrece Galicia

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