Una de las visitas imprescindibles en Sudáfrica es la del Parque Nacional de Kruger. Es, sin duda, uno de los parques de animales salvajes más importantes y grandes del mundo y ha sido elogiado por sus esfuerzos en la conservación de la naturaleza, control profesional de los animales salvajes y la salvaguarda de la herencia de África.
Fue en 1927 cuando este parque abrió sus puertas al público en general, dándole el nombre de Parque Nacional Kruger en honor a Paul Kruger, Presidente del Transvaal (antiguo territorio de la República Sudafricana), quien ya en 1898 estableció la primera reserva estatal de África movido por la preocupación que le generaba la rápida disminución de los animales con motivo de la caza furtiva y el comercio de pieles y de marfil. Curiosamente, antes de llegar a ese estado de preocupación fue un reconocido cazador.
El Parque Nacional Kruger tiene aproximadamente 350 kilómetros de norte a sur, por unos 60 kilómetros de este a oeste, lo que le asemeja en extensión a la provincia de Cáceres, situándolo como tercer parque de África en cuanto a tamaño, pero no cabe duda que en el primer escalón en cuanto a organización. Para acceder al Parque (por la parte sudafricana, puesto que también puede hacerse a través de Mozambique y de Zimbabwe), existen 8 puertas de entrada repartidas entre el norte, el centro y el sur. Una vez abonada la cuota de entrada, ya dentro del parque se comprueba que su red viaria interior es excelente, existiendo vías asfaltadas y otras de tierra perfectamente apisonadas, por lo que no es necesario circular en un vehículo todo-terreno, siendo más que suficiente un utilitario común para poder circular por todo el parque. Pronto se descubre el placer de circular con nuestro propio vehículo a través del Parque, disfrutando de la autonomía que ello otorga, pues siempre es uno mismo quien decide el recorrido a realizar y los lugares a lo que acudir, teniendo como únicas limitaciones las relativas a la velocidad (50 km/h en vía asfaltadas y 40 km/h en pistas de tierra) y las de la prohibición de bajarse del vehículo exclusivamente en las zonas autorizadas. Por lo demás, situarte al volante y deambular por el Parque a tu aire, te permite gozar de las mágicas apariciones de cebras, antílopes, jirafas y, por supuesto, los llamados “Big Five”: leopardo, elefante, rinoceronte, búfalo y león. La importancia de estos “cinco grandes” es tal, que su imagen aparece en los billetes sudafricanos.
La fauna del parque es exageradamente abundante, hallándose censados, entre otros, más de 25.000 búfalos, 9.000 jirafas, 1.000 leopardos, 2.000 leones, más de 11.000 elefantes, 3.000 hipopótamos, 5.000 rinocerontes blancos y negros, más de 500 especies de aves diferentes y más de 120 especies de reptiles, entre los que se cuentan más de 5.000 cocodrilos del Nilo.
Se puede acceder al Parque para una visita diaria y luego marcharse, o puedes entrar con la intención de pasar varios días alojados en su interior pernoctando en diversos campamentos, lo que te permite recorrer varias zonas del Parque y, con ello, aumentar la posibilidad de ver distintos tipos de animales. Para permanecer varios días en el interior, el Parque cuenta con unos 17 campamentos y alojamientos en los que se puede encontrar una gran variedad de ofertas, disponiendo algunos de todos los servicios, incluso gasolinera y restaurante, y otros más rudimentarios y aislados. Se puede elegir entre dormir en tienda de campaña por unos 20 euros para dos personas, dormir en un bungalow por unos 83 euros, y hasta lodges privados para 12 personas por unos 400 euros. Incluso puedes acceder al parque en autocaravana y pernoctar en ella. Eso sí, te alojes donde te alojes, la barbacoa está asegurada, pues su presencia forma parte de los elementos imprescindibles de todo campamento. Para gestionar los alojamientos, la mejor opción es hacerlo a través de la web del organismo que gestiona los parques de Sudáfrica, South African National Parks. Es aconsejable hacerlo con antelación, pues hay fechas en las que resulta muy complicado encontrar disponibilidad, sobre todo en los meses de diciembre y enero, período vacacional que coincide con el verano austral.
Además de circular por el Parque a bordo de vehículo, también se pueden realizar paseos a pie, excursiones de 3 días y 2 noches, rutas en mountain bike y salidas nocturnas; todo ello acompañado de guías armados, profundos conocedores del entorno y sus habitantes. Este tipo de excursiones se contratan directamente en los diversos campamentos del Parque.
Para llegar hasta aquí, muchos parten en coche desde Johannesburgo, que se halla a unas 4 ó 6 horas de viaje en función de la puerta elegida para entrar al Parque, otros llegan en avión a los aeropuertos de Nelspruit (en la zona sur), Hoedspruit (en la zona central) o Phalaborwa (en la zona norte), existiendo incluso vuelos privados que aterrizan en el aeródromo de Skukuza, en pleno Parque. La mayoría de estos vuelos parten desde Johannesburgo.
Actualmente se está desarrollando el proyecto del Parque Fronterizo del Gran Limpopo, que pretende unir el Parque Nacional Kruger con el Parque Nacional Gonarezhou en Zimbabwe y el Parque Nacional Limpopo de Mozambique.
Coge cámara, prismáticos y… a disfrutar del Parque Nacional Kruger.